miércoles, febrero 22, 2006

Una visita inesperada (hecho real)

Todo transcurría con la misma rutina de siempre, pero aquella mañana de Abril seria, distinta, muy distinta.

Como de costumbre me dirigí a mi lugar de trabajo sito en los sótanos del edificio que alberga La Fiscalia General del Estado en Madrid, en donde cumplía servicio militar trabajando en las oficinas de la Real Orden de San Hermenegildo, que estaba por aquel entonces allí

A media mañana de aquel día y en la mas absoluta soledad, si exceptuamos a los 7000 legajos que poblaban las enormes estanterías y de alguna cucaracha despistada que de vez en cuando me rendía visita, me encontraba buscando expedientes, cientos de ellos, en la habitación mas alejada de la entrada, pero un hecho que en aquel momento no le di la mayor importancia rompió en mil pedazos la habitual monotonía de aquel lugar.

Sin oír ruido alguno de pasos ni de voces (lo reseño porque ya estaba acostumbrado a los ruidos de aquel sitio como usted lector los esta a los de su casa), llamaron 3 veces a la puerta de chapa de la entrada rompiendo el silencio sepulcral :

- toc toc toc –
- ¿Quien es?, ¿Quien es? - Pregunte, sin obtener respuesta alguna, al mismo tiempo que me acercaba a la salida, lo que hice en menos de 5 segundos, comprobando ante mi sorpresa que no había nadie en el umbral de la puerta. Ni tan siquiera se oyeron ruidos de pasos alejándose, ni voces...

Pero sin mas dilación pero algo extrañado, volví a la tarea que me mantenía ocupado antes de la extraña visita, sin darle mayor importancia en aquel momento.

Por supuesto no comente nada de lo ocurrido a nadie, por aquello del que dirán, ya sabéis.

Pasados unos días, y medio olvidado lo anterior, volvieron a producirse hechos algo fuera de lo común. En concreto, y para susto mayúsculo del que escribe, empezaron a volar desde las estanterías hacia el suelo legajos de expedientes, llegando en una ocasión a dañarme la cabeza.

Este fenómeno duro pocos, y se fue como tal cual vino, sin avisar.

Pero por lo que podáis pensar, dichos legajos estaban en lugares en donde no había trabajado, por lo cual hay que descartar la posible caída por la mala colocación de esos u otros adyacentes.

Transcurridos unos años de estos hechos, oyendo a través de la radio un programa donde se trataban temas de misterio volvieron a mi memoria aquellos días de 1995.

En esa emisión en concreto se describían manifestaciones inexplicables parecidas a las que experimente yo, por lo que fue en ese momento cuando tome constancia de lo que me había ocurrido, tomando la determinación, para disipar todas las dudas de ponerme en contacto con el programa, exponiendo mi caso.

A los pocos días recibí un correo electrónico donde me decían que había sido victima de algún fantasma o fenómeno paranormal.

2 Comments:

At sábado, julio 22, 2006 2:47:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Este suceso me pone la piel de gallina. Más que nada por su veracidad, ya que son innumerables los casos que se producen a lo largo de los años en todo el Mundo.

 
At jueves, agosto 17, 2006 12:24:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

Triste Realidad, para que alguien que sin haberlo deseado habia de descender aún más en la pendiente de la vida, que negro y cruel puede ser el Destino.

 

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